sábado, 4 de abril de 2009

Mi Alevosia



Este día fue el principio de una larga y bonita aventura, días después decidí por primera vez hacerlo mío así que dejamos a las niñas en su clase de natación y en vez de escondernos como siempre en los caminos de la unidad deportiva le dije que si hirvamos a comprar un capuchino y el sabia la clave así que nos fuimos a unas cuadras de donde estábamos en mi carro que era una van Dodge y llegamos a un estacionamiento de oficinas de gobierno que estaba casi vacío pues eran ya casi las ocho de la noche y solo algunas personas que trabajan tarde ahí estaban estacionadas así que aprovechamos para tomarnos un rico capuchino y platicar yo me senté en el asiento de chofer con las piernas dobladas hacia afuera mientras El estaba parado frente a mi cerquita entre mis piernas hablábamos de cosas del lugar y de nosotros, algunas veces interrumpíamos la conversación con besos y el aprovechaba para meter sus manos por debajo de mis pantis porque ese día me fui a bañar y me puse unas pantis chiquitas, un brazier apretadito y un vestidito flojo y amplio color claro de verano con algunas flores azul cielo muy bonito no muy corto pero si se notaba bien mi físico, me sentía nerviosa porque tenía más de veinte días que nadie me tocaba así pues estaba recién operada y cada beso y caricia me hacían perder la razón así que no aguante le dije “ súbete a carro y siéntate en el sillón de en medio” el se sonrió diciendo “ te estabas tardando jajaja sonrió” así que sin mediar palabra el entro y se sentó traía otro pans deportivo y su verga bien dura, enseguida le dije que se sacara la verga (pues así le gustaba que le hablara con palabras reales) así el lo hizo, la verdad no era la primera vez que veía una verga, ya conocía varias pero esta era muy bonita tenía un aspecto rígido y era grande algo gruesa así que me quite los pantis y me senté inmediatamente frente a Él sin que me penetrara aun solo deslizaba mi panochita pelona sobre ese pedazo de carne mientras lo besaba desesperadamente y el sacaba mis pechos del vestido y los mamaba fuertemente con mucha desesperación como siempre me decía que se los quería comer, por mi cabeza pasaba el miedo a la penetración mas sin condón pues no sabía si había quedado totalmente amarrada, por las enfermedades yo lo conocía bien a el de tiempo y sabía que era yo su única aventura.

Así que no espere mas mi calentura fue más grande que mi sensatez así que como aparte donde estábamos sabía que no tenía mucho tiempo para pensar y decidí acomodármelo en la entrada y solita me senté en ese gran pedazo de verga que no tienen idea que tan pronto topo dentro de mi solo cerré mis ojos y chiste pues había alcanzado un gran orgasmo mientras El me besaba la boca los pezones que ya me dolían me agarraba de las nalgas con fuerza y se levantaba para clavarme todo hasta adentro y aun mas hasta sentir mis labios vaginales en la bola de pelos de su pelvis no puedo describir a la perfección lo que sentía mi cuerpo era un escalofrió muy intenso con una sensación de nervios y adrenalina me sentía como un pescado ensartado sin poder huir era muy intenso ese momento sus dedos separaban mis nalgas y se metían dentro de mi ano al mismo tiempo que El me decía que se venía así que pegue un gran brinco y le ayude a venirse con mis manos sentí su leche que brinco no se adonde en ese momento pero si fue mucha y busque inmediatamente una toallita húmeda para limpiarlo así que mientras el se reponía yo me puse mis pantis y al volante camino a recoger a las niñas de natación y al menos verlas por unos momentos estaba nerviosa no sabía qué hacer durante el camino el me decía lo rico que sentía y que quería mas mucho mas de mi y nos estacionamos nos besamos y le prometí que no sería la única vez y que tendríamos tantas como pudiéramos.

Me volvía loca mas cuando al bajarnos me apretó del culo y se me quedo viendo a los ojos y con eso me dijo todo hicimos lo habitual y al llegar a casa me fui directo al baño me hice un ducha vaginal me bañe y me masturbe como dos veces más. Estaba loquita de la emoción tan grande que tenía ganas de gritarlo esa noche Sam llego y ceno y después durmió había tenido un día muy agotador en el trabajo; mientras yo aproveche para acariciar mis pezones adoloridos y mi panochita que no dejaba de punzar con ese cosquilleo en el vientre que ya saben cómo se siente.

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